domingo, 24 de julio de 2011

Cuando el aire se agota y te aprietan las botas de tanto andar, cuando la cuenta es injusta y lo que más te gusta te sabe mal. De repente el disfraz de un soldado valiente te queda pintado, das un paso al frente porque son urgente las cosas que siempre has callado; y gritar y gritar y gritar y cederle al coraje un lugar y ponerle nombre al miedo y arrancarle un rayo al cielo, ser feliz aunque pueda fallar, porque un nudo en la garganta no se suelta si se aguanta, las espinas no se deben tragar, las palabras tienen filo y a mí nadie me a prohibido gritar.
Como un perro asustado que nunca a ha ladrado te sentirás, como un disco olvido que nadie a tocado resonarás, porque nadie firmó con su sangre una ley que te quite el derecho de pasar al frente y mostrar los dientes soltando la voz de tu pecho.